Este domingo, Dolores Vázquez fue homenajeada en Betanzos, 25 años después de haber sido injustamente condenada por el asesinato de Rocío Wanninkhof. En un acto cargado de emoción, Vázquez recibió el XVII Premio Úrsula Meléndez de Texeda, que otorga cada año el Ayuntamiento de Betanzos para conmemorar la figura de la mujer. La alcaldesa, María Barral, fue la encargada de entregar el galardón, destacando la lucha y sufrimiento de Vázquez tras ser víctima de un juicio mediático que la condenó sin pruebas.
Al finalizar la ceremonia, Dolores Vázquez dirigió unas palabras a los medios en las que expresó lo que ha sentido a lo largo de estos años. En sus declaraciones, subrayó que «necesita que el Gobierno le pida perdón», haciendo hincapié en la falta de justicia por parte de las instituciones que permitieron que su vida fuera truncada por un error judicial.
«En mi corazón, necesito que el Gobierno me pida perdón, este es mi pueblo y no es lo mismo, es mi gente, la que lleva siete años conviviendo conmigo y me conoce. Lo de hoy es especial y sé que no voy a tener otra oportunidad así, pero no es suficiente», afirmó visiblemente emocionada.
El caso Wanninkhof: una condena injusta
Dolores Vázquez fue detenida en 2000 como principal sospechosa del asesinato de Rocío Wanninkhof, hija de su expareja. A pesar de ser declarada inocente en 2003, después de que el verdadero culpable, Tony Alexander King, fuera condenado por el asesinato de otra joven, Sonia Carabantes, Vázquez pasó 17 meses en prisión y sufrió un juicio mediático que arruinó su vida.
Tras su liberación, Vázquez se mudó al Reino Unido debido al estigma que la sociedad le había impuesto. Sin embargo, hasta la fecha, no ha recibido ninguna compensación económica por la injusticia que sufrió.
El homenaje en Betanzos: un acto de reparación
El acto de este domingo fue propuesto por el grupo municipal socialista, y aprobado por unanimidad por todos los partidos políticos del Ayuntamiento (PSOE, PP, BNG y no adscritos). La alcaldesa, María Barral, no dudó en pedir perdón a Dolores Vázquez en nombre de la sociedad, reconociendo la injusticia sufrida.
«Es un día especial porque estamos aquí para hacer algo que deberíamos haber hecho hace mucho tiempo, reconocer, honrar y, sobre todo, pedir perdón a una mujer que sufrió una de las mayores injusticias de nuestra historia reciente», señaló Barral.
Visiblemente emocionada, Dolores Vázquez expresó su gratitud hacia su pueblo natal, asegurando que se siente «incluida, libre y querida» en Betanzos. «Lloré cuando recibí la noticia de que iba a ser homenajeada, nunca esperé ver tantísima gente. Esto es algo muy especial para mí», confesó.
Un mensaje de perdón y esperanza
Durante su intervención, Vázquez destacó que a pesar de todo lo sufrido, «no guarda rencor a nadie», y que nunca permitirá que el dolor y la injusticia la amarguen. «El sentirse mal, el no querer, el no ser coherente con uno mismo, lo único que se consigue es amargarse por dentro. Y eso jamás. Siempre iré hacia adelante, y lo que me den, bien recibido estará», concluyó.
El homenaje de Betanzos es un paso simbólico hacia la reparación de una mujer que fue víctima de una de las mayores injusticias judiciales de la historia reciente de España. A pesar de la gratitud por el reconocimiento, Dolores Vázquez sigue esperando el perdón oficial del Gobierno, un acto que considera crucial para cerrar el capítulo de una vida marcada por el error judicial y la estigmatización social.