El inmueble que alberga los murales ha permanecido cerrado y abandonado durante varios años. En la actualidad, se encuentra en proceso de restauración, ya que la fachada está resguardada por andamios debido a desprendimientos que representaban un riesgo para la seguridad de los ciudadanos.
Según el Ayuntamiento de A Coruña, aunque los nuevos propietarios del edificio aún no están formalmente registrados, están tomando medidas para preservar la estructura y evitar el deterioro de los murales. Estas pinturas, datadas en febrero de 1951, adornaban las paredes del antiguo restaurante Fornos, utilizando la técnica a secco y pintura al óleo.
La alcaldesa, Inés Rey, ha subrayado la importancia de garantizar la conservación y permanencia de los murales en A Coruña como una obra de arte que debe ser protegida por las autoridades, incluida la Xunta a través de Patrimonio. No obstante, ha descartado la posibilidad de que el ayuntamiento adquiera los murales.
El Ayuntamiento ya ha iniciado el proceso para declarar los murales como Bien de Interés Cultural (BIC), aumentando así su nivel de protección. Se ha solicitado el asesoramiento de expertos, incluyendo a Juan M. Monterroso y Begoña Fernández Rodríguez.
Desde la Xunta, el conselleiro en funciones espera los documentos necesarios para iniciar el expediente BIC, y aunque descarta que la propiedad de los murales afecte a la declaración BIC, no descarta la posibilidad de adquirir las obras legalmente y considera trasladarlas al Museo de Belas Artes de A Coruña.
La asociación O Mural ha recurrido la negativa de la Xunta a declarar BIC los murales, argumentando que la prioridad es conservar las obras en su lugar original. La situación también está judicializada, ya que O Mural ha llevado el caso al Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.