En la mañana de hoy ha comenzado la nueva fase de las obras de reurbanización de la calle San Andrés, que se centrará en el tramo comprendido entre Santa Catalina y la calle Sol. En la primera fase de la intervención, que finalizó en la antesala de la Semana Santa, se llevaron a cabo los trabajos preliminares de topografía y localización de servicios. También se aprovechó para acometer la reposición de la red de aguas residuales a lo largo de la calle, con la finalidad de no obstaculizar el avance de las obras posteriores.
Cortes de tráfico y sentido de circulación
Durante este periodo de obras, con lo objetivo de facilitar el desarrollo de los trabajos, se harán efectivos varios cortes del tráfico rodado. En primer lugar, en el sector oeste estará prohibida la circulación de vehículos en sentido hacia la plaza de Pontevedra. Sí se podrá seguir circulando en sentido a la calle Sol hasta Santa Catalina, donde se deberá girar para incorporarse al Cantón Grande.
En el sector este, entre Santa Catalina y la calle Sol, se cortará el tráfico en ambos dos sentidos de circulación. Se mantendrán, eso sí, los recorridos específicos para el tránsito peatonal y también se habilitará el acceso a los garajes situados a lo largo de este tramo. Se delimitarán, además, espacios específicos para la carga y descarga de mercancías, que se relocalizarán en calles cómo Marqués de Pontejos o el cruce con la calle Torreiro.
Las calles Torreiro y Pórtico de San Andrés, también de obras
El proyecto de reurbanización en la calle San Andrés —redactado por Eptisa, que también ostenta la dirección de obra— contempla una actuación complementaria en el tramo comprendido entre las calles Pórtico y Torreiro, un enclave donde es habitual el tráfico de transporte público y vehículos de carga.
Este tramo, donde la calzada y las aceras ya estaban dispuestas en forma de plataforma única, será renovado y mejorado para que siga la misma estética de la futura calle San Andrés, con un pavimento hecho la base de hormigón desactivado.
La intervención se extenderá hasta el trozo de la calle Sol que llega a la calle Socorro, adentrándose ya en el Orzán, un sector afectado también por los factores indicados previamente.
Cambios en las paradas del transporte urbano
Uno de los «efectos secundarios» de este nuevo tramo de obras que se inicia hoy es la alteración de varias rutas y paradas de autobuses urbanos que circulan habitualmente por la calle San Andrés y su entorno. Las paradas correspondientes a las líneas 4, 5, 6, 6A, 7, 11, 24 y UDC, tanto en sentido de entrada a la ciudad cómo en sentido de salida, verán modificada su localización.
Dado que la circulación del tráfico rodado estará imposibilitada entre Santa Catalina y Sol mientras duren los trabajos de reurbanización, el Ayuntamiento ha delimitado nuevos espacios para la espera de las personas usuarias del bus urbano. Los cambios, mapas y demás información específica sobre el tema puede consultarse en la página web del Concello.
Así será la futura calle San Andrés
El acondicionamiento de San Andrés requiere una inversión de 3,2 millones de euros por parte del Gobierno municipal, sinedo una de las intervenciones urbanísticas más destacadas de las formuladas por el ente que rige Inés Rey de cara al mandato 2023-2027.
Los trabajos de acondicionamiento permitirán la renovación integral desde el cruce con Juana de Vega hasta la calle Sol, bajo un premisa muy clara: humanizar la calle San Andrés con la recuperación y ampliación de espacios peatonales. Este tramo se naturalizará con más de 80 árboles, inspirados en el antiguo bulevar de San Andrés, que en el pasado contó con docenas de moreras de Valdeorras.
Las obras, que está ejecutando la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Abeconsa y Canarga, darán una nueva imagen a San Andrés, que pasará a ser de plataforma única y mantendrá el paso de vehículos por el sector central. Habrá dos carriles de circulación para el tráfico rodado —uno por sentido—, y cada uno tendrá tres metros de ancho.
A un lado y a otro del sector central se dispondrán barreras vegetales, de 1,50 metros de ancho, que ejercerán de elemento separador entre la calzada y las aceras, donde también se renovarán las baldosas y se llevarán a cabo las mejoras de accesibilidad necesarias para adaptarlas al paso de personas con movilidad reducida.
Asimismo, se ejecutarán mejoras en los servicios públicos de la red de saneamiento e iluminación: en el primer caso, se sustituirán los antiguos colectores por unos nuevos, con un diámetro más amplio para reforzar la seguridad frente a posibles fugas; y, en el segundo, se renovará la iluminación incorporando nuevas luminarias con tecnología LED.